Siempre me ha gustado observar a mi alrededor, me fijo mucho en las personas, sus expresiones, su forma de andar, y sobre todo en sus miradas. Me gusta mirar especialmente los momentos neutros, cuando alguien sube al coche, o va conduciendo, aquellos momentos en que la persona no está intentando dar una imagen ni hablando con alguien. Creo que en esos momentos son más “ellos mismos”.

Ya sé, es un tópico decir que todo el mundo va con gesto serio por la calle, nos hemos acostumbrado a esto en el paisaje normal de cualquier ciudad. Todo el mundo enfrascado en sus pensamientos, en sus cosas, y la mayoría de las veces percibo como que están pensando que “algo no anda bien”. Es raro ver a alguien sonriente porque sí, sin motivo, con mirada risueña y juguetona, como un niño.

Eso sí, muchos hemos aprendido a adoptar «mentalidad positiva«, lanzándonos pensamientos que nos hagan tirar adelante, contrarrestando esos otros pensamientos negativos que en mayor o menor grado, nos rondan tan habitualmente. Pensamientos del tipo “si miras en dirección al Sol, no verás las sombras” y cosas de este tipo…

Posiblemente te sorprenda esto pero, cada día estoy más alerta y en guardia sobre los pensamientos positivos pues veo que son «la otra cara de la moneda» de los pensamientos negativos.

Cada día elijo de forma clara y rotunda, la TOTALIDAD, que no está compuesta de dos polaridades, en la no-dualidad/Advaita apuntamos hacia la plenitud SIN OPUESTOS, la paz sin opuestos, la alegría sin opuestos, en definitiva, el Amor sin opuestos.

Sí, ya sé, es una creencia muy bonita, pero creerla no sirve absolutamente para nada, solo tiene sentido en el momento que experimentas la belleza de absolutamente todo, más allá del pensamiento, de mis valoraciones y mis creencias.

 Al defender el pensamiento positivo, sin darme cuenta estoy dando realidad a su opuesto, pues no pueden vivir uno sin el otro. No puedo pensar que este día va ser fenomenal si no creo que otro puede ser un desastre. ¿Cómo puedo valorar algo como bello, amable y positivo si no valoro otras cosas como malas y negativas?, es sencillamente imposible.

 En mi vida, en mis cursos y sesiones apunto siempre hacia un lugar de totalidad, de plenitud, de no-dualidad. ¿Es posible ver absoluta perfección en todo?. La respuesta es SÍ, pero no con mi mentalidad actual. Sosteniendo las creencias y valoraciones que sostengo hoy en día, es de todo punto imposible.

La clave está en el sentir. Al abrirme a sentir lo que sea que está ocurriendo, de forma clara, honesta, en total apertura y confianza, a la luz de la conciencia, todo es transformado de una manera que no se puede entender ni explicar. Esta apertura es una cualidad innata que hemos olvidado, pero en algún lugar, en el fondo de nuestra mente sabemos que esta es la simple verdad.

Respeto y entiendo cualquier práctica “espiritual”, pero veo claramente como “No todo es lo mismo”, y hoy en día veo la práctica de la no-dualidad como la única que me permite una transformación profunda.

Te animo a ir más allá de lo que ahora consideras “positivo” y poder empezar a experimentar la belleza y perfección en todo, incluso en lo que ahora llamas “negativo”. No intentes entenderlo pues es algo que trasciende la mente, no puede ser capturado mentalmente, ni entendido, pero sí experimentado de forma absoluta y total en tu vida cotidiana.

 

Cuando ambos, amor y odio, están ausentes
todo se vuelve claro y diáfano.
Sin embargo, haz la más mínima distinción,
y el cielo y la tierra se distancian infinitamente.
Si quieres ver la verdad,
no mantengas ninguna opinión a favor o en contra. 
La lucha entre lo que a uno le gusta
y lo que le disgusta 
es la enfermedad de la mente.

HSIN-HSIN-MING  (Sosan)

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