Cuando nos reunimos una vez a la semana para compartir la meditacion en la que Carlos nos guía, puede que sea el único momento de la semana en el que puedo parar los pensamientos incesantes que tengo en mi mente. Llegas a darte cuenta que ese no eres tu, no es tu esencia, tu esencia es la paz, la tranquilidad, el bienestar…. Tus pensamientos casi siempre rumiantes y nunca positivos son producto de tu mente. Con Carlos he aprendido a separar esto, a no poner contención a lo que siento, sino a abrazarlo en la calma de mi corazón.