RTM (Respira tu miedo)
Todos sentimos miedo, convivimos con él diariamente, y creo que esto es algo que no admite discusión.
Toma diferentes formas y cambia también su intensidad. Así, en algunos momentos de tu vida puede venir en forma de una gran ansiedad y una molesta preocupación que te envuelven y te acompañan de forma continua y persistente, impregnando cada pensamiento y cada acción que realizas. En otros momentos puedes sentirlo como una ligera sensación, que podría pasar casi desapercibida, como un micro-pensamiento de insatisfacción hacia tu vida, hacia ti mimo o hacia otra persona.
Todos sentimos miedo
Y no me refiero a la reacción física y bio-química que sentirías si vieras un león hambriento delante de ti, me refiero al miedo psicológico, absurdo, casi siempre presente de fondo, sin fundamento y que tanto nos atenaza y nos limita.
Sea como sea, parece obvio que vamos a tener que aprender a convivir con el miedo en cualquiera de sus formas (rabia, sensación de injusticia, frustración, estrés, tristeza, ira), sin embargo, lo más importante no es esto, sino que atravesar tus miedos es la mayor fuente de libertad y dicha que he encontrado.
Aprendiendo a convivir con el miedo
Y es que no es casualidad que sientas miedo, no se trata de que la vida quiera fastidiarte presta atención a esto: El miedo tiene un propósito, viene con un mensaje, y uno tremendamente importante: viene para transformarte, para que pongas atención a algo, para que cambies tu mirada acerca de algo.
El miedo tiene un propósito
Pero si quiero entender el mensaje voy a tener que hacer algo muy diferente a lo que suelo hacer, voy a tener que cambiar mi patrón de huida, voy a tener que poner una clara y decidida intención ya que el miedo, en cualquiera de sus formas, requiere : TU ATENCIÓN, TU ESCUCHA, TU ACOGIDA.
En lugar de esto hemos aprendido a hacer justamente todo lo contrario. Hemos elaborado miles de estrategias sutiles para huir de él. Literalmente hacemos ¡de todo! A veces intentamos reemplazar la sensación de miedo con “pensamientos positivos” que nos animen, otras veces entramos en la queja y el victimismo facilón, y la mayoría de las veces sencillamente miramos para otro lado.
El miedo requiere tu atención consciente
Acoger el miedo no tiene nada que ver con fustigarte, con regodearte en tus carencias lleno de resignación y auto compadeciéndote por lo mal que haces las cosas o por lo injusta que es la vida. Abrazar tus miedos en un acto de valentía, de profunda honestidad, de apertura, de verdadera confianza.
Es muy probable que todo esto te suene un poco raro, y lo comprendo perfectamente pues todos hemos seguido las mismas estrategias de huida del miedo de forma inconsciente, sin querer ver lo que estaba ocurriendo realmente. Y es que lo que ocurre al enfrentar tus miedos no es algo que se pueda entender con nuestra limitada mente pensante, pues es algo que trasciende tu campo mental e incluso emocional. Y también estoy seguro, que algo dentro de ti sabe muy bien de qué hablo, de la gran liberación que trae este nuevo enfoque tan radical.
Desde hace miles de años se sabe bien que la respiración tiene algo mágico, algo alquímico, algo que puede parecer sutil, pero es tremendamente poderoso y transformador. La mera atención plena a la respiración ha sido usada por místicos y sabios de todas las culturas desde tiempos remotos. Son bien conocidos los efectos de la meditación, sus beneficios son indiscutibles, incluso para la ciencia, pero de lo que no se habla tanto es de una meditación unida al sentir. Una observación atenta, cariñosa y sin juicio de lo que sea que esté sintiendo.
Respira tu miedo
Abrirte a sentir tus miedos, con honestidad, con valentía, cara a cara, con una inmensa apertura, en silencio y apoyándote en la respiración es lo que he llamado “respira tu miedo”. Desde mi punto de vista es el “ojo de la aguja” por el que tarde o temprano todos tenemos que pasar.
Podemos aprender muchas técnicas, recetas y leer libros, y seguramente todo esto nos va a aportar y ser de ayuda. Pero el miedo va a seguir pulsando ahí adentro, hasta que me decida a hacer un trabajo profundo, aflorando en muchas formas y emergiendo con muchas caras. Tarde o temprano voy a tener que aprender a mirar al temido «monstruo» hasta que lo pueda ver como lo que es…. un tierno osito de peluche al que no querías atender, que solo estaba llamando tu atención, como un niño desvalido, hasta que has tenido el «coraje» de acogerlo en tus brazos, míralo a los ojos y acariciarlo con ternura.
Cuando miras tus miedos “sin miedo”, con compasión, con verdadero amor, ocurre la magia, ocurre el milagro que trasciende toda comprensión mental, y por fin entiendes profundamente que el miedo no era el problema, sino tu resistencia a abrazarlo. Y conforme te acostumbras a hacer este sencillo acto, conforme lo vas refinando e integrando en tu vida, estos sentimientos y pensamientos temerosos dejarán de venir a visitarte, pues ya no son necesarios. Habrás aprendido la verdad más profunda que yo he llegado a conocer, este miedo era sólo una nueva forma que había tomado el Amor, pues el miedo, la amenaza, el caos, el sinsentido, el desamparo y todas esas cosas realmente no pueden existir. Bienvenido a la no-dualidad 🙂
Nada real puede ser amenazado.
Nada irreal existe.
En esto radica la paz de Dios.
(Un Curso de Milagros)
Y ahí puedes lanzarte a jugar con la vida, en completa paz y llego de gozo.
Esta actividad se compone de 5 sesiones individuales de una hora, que pueden ser presenciales u online. En la primera hablaremos sobre los fundamentos de esta técnica, que son importantes para que el resto de sesiones y tu práctica personal tengan sentido.
Las otras 4 sesiones las dedicaremos enteramente a la práctica, la haremos juntos, y te acompañaré en todo el proceso. También compartirás tus avances y dudas si las hay. Verás que es muy sencillo, pues hacer esto es algo realmente natural y que en el fondo sabes hacer perfectamente. Si te sientes llamado a hacer este precioso viaje, profundo, sencillo y tan liberador, puedes contactar conmigo y hablamos.